Por: Gabriel Jaime Castaño Uribe
Temática Libre
Pensaba que era el momento, y efectivamente así era, llegó ella y no se veía como
todos decían, de rostro cadavérico y ropa oscura, todo lo contrario, su cara era el
reflejo de la paz que se necesitaba y su ropa exhibía la gala que se requería para la
ocasión. Solo un cordial abrazo bastó para lograr su cometido y un último suspiro
se escuchó en la habitación.
GJCU
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