Hoy era su primer día y pudo sonreír, gesticulación que
no practicaba ya hace bastante tiempo, casi desde que llego a aquel sitio
olvidado, y prácticamente abandonado, llamado “El Escombrero”. Pero la
verdadera situación que la llevaba a sentir tristeza, nostalgia y depresión, era
debido a las miradas inquisidoras de sus compañeros, por tener un aspecto fuera
de lo común en esos lares, además porque su trabajo lo hacía con otras técnicas,
motivos por los que era rechazada, vituperada, insultada, señalada,
descalificada. Por ese motivo la pobre solo se limitaba a cumplir con asistir a
las reuniones de la sociedad de recicladores, y posteriormente a realizar sus
labores diarias de aprovechamiento de los residuos que dejaban tanto animales
como humanos. Era innegable que ella había pasado por ese lugar, porque el
ambiente cambiaba casi por completo, pasaba de ser un lugar casi desértico a un
oasis de verdor y de frescura, motivo que enfurecía a sus compañeros, los
cuales se confabulaban para hacerle la vida imposible, pobre de ella que no tenía
nadie que la apoyara o al menos acompañara, en esos días de desilusión con el
mundo.
Un día, antes de ir a la bendita y no anhelada reunión, estaba
raro y denso el ambiente casi se podía palpar, se sentía un aroma algo acido y
dulzón a la vez, que le traía buenos recuerdos, pero no le dio importancia,
solo se limitó a realizar las actividades cotidianas de acicalamiento y aseo
general. Pero de imprevisto, en el momento cuando se disponía a abrir la puerta
y salir, se sintió un golpeteo tan fuerte y apresurado que la hizo caer, a
continuación le llego un oleaje de hedor algo desagradable pero familiar, y
recordó quien era el dueño de tan distinguido aroma, al instante preguntó: ¿Quién
es?, pero no respondían, solo tocaban y tocaban con más premura, esa situación
se presento durante largo rato, hasta que por fin una voz entrecortada y
agitada contesto, soy el mensajero, tengo una noticia que le va ha cambiar la
vida. Ella al escuchar estas palabras abre la puerta de sopetón, el cartero se
le vino encima, los dos fueron a dar al suelo alfombrado de la entrada, pero
ella sin pensar en lo que acababa de ocurrir insto al mensajero para que le
diera la información tan importante que le traía, entonces sentados en el suelo
le conto, que la junta administradora del gremio de recicladores la había
elegido por unanimidad, como la trabajadora que mas sabia de los asuntos de
aprovechamiento de los residuos orgánicos en pueblo, ya que investigaciones
recientes habían descubierto que la experiencia era generacional y abarcaba
miles de años, le pedían disculpas por haberse demorado mucho en darle el lugar
que se merecía, y para compensarla le habían ofrecido a su familia que se vinieran
a trabajar con ella, estas palabras la dejaron sin aliento, solo alcanzo a
decir, ¡Muchas gracias! Señor mensajero. Despidiéndose rápidamente cerró la
puerta y se dirigió al sitio de la reunión, mientras caminaba le daba vueltas
en la cabeza la misma pregunta, ¿será verdad?, Al llegar entro nerviosa, pero
sintió un alivio al ver allí a su familia, que dé pie la aplaudían y
ovacionaban inclusive los cucarrones que tantos sinsabores le hicieron pasar. Y
ella lo primero que hizo fue sonreír como nunca lo había hecho, en su primer día
como administradora de la sociedad de recicladores “El Escombrero”.
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