Por: Leodán Andrés Otaya Burbano
Temática Libre
Él siempre vivía molesto por todo, si los vecinos hacían ruido, si le
tiraban basura en frente de su casa, si llegaban visitas al hogar, si colocaban
música a volúmenes exagerados, si no colaboraban con el aseo, si no se
preocupaban por las responsabilidades cotidianas, si no le ponían atención a
los problemas del día a día, si no le servían la comida a la hora indicada, si
le tocaban sus pertenencias, si desorganizaban lo que él había puesto en su
lugar, en fin, se molestaba por todo lo que no le gustaba que los demás
hicieran, por ello vivía amargado permanentemente, con problemas de salud,
viendo la vida de manera negativa, en un ambiente pesado y deprimente. Pero un
día mientras navegaba en la Internet, leyó dos frases que le cambiarían su
forma de pensar, éstas decían: “La gente no te hace cosas para afectarte, ellas
proceden así y tú decides si te afectan o no”, y la otra decía: “Si algo te
molesta quítale el poder que tiene sobre ti: tu atención”, y al analizarlas, al
ponerlas en práctica en su vida diaria, comprendió que esas frases tenían toda
la razón, todo dependía de su actitud frente a las cosas que lo ponían de mal
humor, que viéndolas desde otro punto de vista y cambiando su apreciación se
podía lidiar con ellas y vivir alegre y relajado. Y así con el pasar de los
días su actitud frente a las molestias anteriores cambió radicalmente, ya se
tomaba las cosas con calma, con tranquilidad, simplemente dejaba que ocurrieran
y las sorteaba con actitud positiva, como dice el Chavo del ocho las tomaba por
el lado amable. Con ello mejoró su estado de salud, se lo veía alegre y
relajado, y por ende veía la vida de otra manera. El mundo oscuro y estresante
en el que vivía ahora era un mundo lleno de paz y de luz.
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