jueves, 20 de junio de 2019

Alter Ego

Por:Mariana Lozano Arboleda
Temática libre

Cuando uno sueña con que se mira en el espejo significa que se va a morir. Eso
decía mi abuela Ignacia; …significa que uno está loco mijo, me decía mi papá, eso
quiere decir que de pronto nos vamos a enfermar, decía la ilustre cardióloga, mi tía
Cedilia. Llevo 23 años viviendo y lo único que hecho es preguntarme de que me sirve
soñar si no entiendo nada. Pero no me molestaba soñar, disfrutaba ese fugaz
momento del día y sus desfachateces, y me callaba las cosas extrañas como soñar
teniendo relaciones con mi madre o hermana, entre otras. Con el tiempo me di
cuenta que ese incesante reflejo en el espejo se refería a alguien que conocería más
adelante, esa persona es Magdalena. Me costó tiempo y esfuerzo llegar a conocerla
lo suficiente para entender su ajena naturaleza, luego ya no pude separarme de ella.
La analizaba como un biólogo siguiendo a una criatura felina que ve por primera vez
y quiere documentarla. La espiaba un rato y luego la abordaba para hablarle de lo
que sea, de lo que hacía, o pensaba, o sentía. Un día, de esos de mucho quehacer
pero pocas ganas, estaba ella sentada frente al escritorio, Pensando, dilucidando,
alucinando, me dijo mientras se bajaba el cierre del chaleco y exponía su pecho
blanco y su top azul oscuro con puntos blancos. Era una mujer graciosa, complicada,
sensual, gruñona, pero tenía unos momentos de luminosa penumbra en la que, de la
conversación cotidiana, surgía una epifanía de sedosos pensamientos que
asesinaban la rutina y arrullaban las preocupaciones, lo gris de cada día. Era como
ser niño otra vez, pero no por los juegos o todo lo pueril, si no por la huida. Yo, al
contrario de Magdalena era perezoso, psicorrígido y distraído, nada de eso me
molestaba, ni a ella tampoco, aunque en el fondo pensaba que algún día se iba a
hartar de mí. Luego del almuerzo, ella estaba tirada en la cama con la mirada
perdida, me senté a su lado en el espacio cóncavo que dejaba su posición
encorvada. ¿Sigues pensando en tu pésima mecanografía?, Pensaba en que me
gustaría tener más tiempo para escribir. Antes solía hacerlo a diario, casi a diario.
Debemos hacer y organizar nuestros horarios, así ves que tiempo te queda.
¿Cuándo vamos a hacerlo? Hoy podría ser. Y se quitó la ropa interior. ¿Te vas a
bañar ya? No, pensé que íbamos a hacer el amor. sonrió, yo solté una carcajada.
Hablaba de hacer nuestros horarios. Y yo de hacer el amor. Esa era Magdalena… mi
Magdalena… Yo.

1 comentario:

  1. Una buena historia pero no veo el título claramente reflejado en el texto.

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