lunes, 17 de junio de 2019

PENSAMIENTOS MATUTINOS

Por: Luis Alfredo Berrío
Temática Libre


Otro día lluvioso, eran las 5:24 a.m., hora en la que Jaime se asomaba por el
ventanal de su apartamento y vislumbraba como la ciudad se transformaba,
pasando de una metrópolis dormida a un gigante atómico lleno de energía infinita;
y para Jaime esto era asombroso porque venía de un olvidado y pequeño pueblo
de la sabana sucreña.
En ocasiones, el fuego ardiente de la ciudad penetraba el cuerpo del chico, fluyendo
a través de su sangre, cargándolo de energía que lo volvía acelerado, dejando atrás
aquella tranquilidad matutina con la que había despertado. La mente de Jaime se
tornaba un remolino de ideas, palabras, frases y sueños que no lograba canalizar
del todo; hasta el punto de atormentarse; y es extraño porque era su cuerpo, eran
sus pensamientos. Pero cuando por fin lograba dominarlas, este chico se convertía
en un río de expresiones con tanta claridad que conseguía asombrar a quienes le
escuchaban.
La brisa fresca de la mañana también ayudaba a clarificar los pensamientos de
Jaime, por eso, solía caminar por el sendero verde de su barrio. El rocío y el cantar
de los pajarillos le daban la sensación de escuchar la novena sonata de Chopin,
llenándolo de discernimiento y permitiéndole enlazar ideas.
Es claro, que Jaime sentía una fuerte conexión con el clima y aire fresco de la
mañana paisa. E incluso, con la lluvia típica de las frías madrugadas lograba
empatía, porque cada gota cayendo y chorreándose por su ventana le mostraba
que por más lejos que viniera una gota, ella siempre conservaba su pureza, se
mantenía clara y prístina. Y pasaron muchos años en los que Jaime se deleitaba
con la tranquilidad matutina del paisaje paisa. Sin embargo, un día, un 6 de marzo
de 2018 Jaime se levantó muy temprano y con intranquilidad, agitado y sin
comprender que le sucedía; caminó hacia el ventanal, miró a través de éste y sólo
logró visualizar una capa densa de escarcha de color café que nublaba su vista y
sus pensamientos.

2 comentarios:

  1. Bueno. No sé si sea un cuento. Me suenas a relato, a crónica incluso. Más allá de la melancolía, no sentí hilo de la historia. El texto es plano osea, es solo triste. Gramática regular: cuidado el uso de comas. Sin embargo se nota que fue sencillo inspirarte para sacar el anécdota de una mañana. También me gustan tus figuras literarias pero, deberías consirerar usarlas menos. Nadie lee a los escritores soberbios. Saludos y suerte

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